Es muy frecuente atender en consulta mujeres que llevan muchos años tomando anticonceptivos hormonales porque en su día (quizás a los 17 o 18 años) les dijeron que tenían el síndrome de ovarios poliquísticos (SOP), ya sea porque tenían menstruaciones irregulares (generalmente ciclos de más de 35-45 días, o menos de 9 ciclos al año), porque tenían también síntomas de hiperandrogenismo (andrógenos elevados), que les causaban acné y/o hirsutismo. Algunas, simplemente porque por ecografía se observaban los ovarios con un aspecto poliquístico (siendo este criterio aislado no equivalente a tener el síndrome).

¿PODEMOS DIAGNOSTICARLO SOLAMENTE POR ECOGRAFÍA?

El síndrome de ovario poliquístico, un desorden hormonal y metabólico complejo, ya que tiene causas genéticas pero también causas ambientales que sirven de «gatillo» para que esos genes se expresen y manifiesten síntomas (que pueden ser muy variados), se considera el trastorno hormonal más frecuente en mujeres en edad reproductiva (8-13%), a pesar de estar tantas veces mal diagnosticado (tanto en exceso como por defecto).

Y es que el diagnóstico, pendiente de perfeccionarse, se basa a día de hoy en la clínica (cumpliendo 2 o más criterios de Rotterdam) y en la exclusión de otras patologías similares.

Estos criterios son los siguientes:

  • Ovarios de aspecto poliquístico por ecografía (volumen mayor de 10ml o >12 folículos)
  • Hiperandrogenismo clínico (acné, hirsutismo…) y/o analítico
  • Alteraciones menstruales, con tendencia a ciclos largos y/o anovulación

Una vez llegado al diagnóstico, actualmente se describen 4 fenotipos (formas de manifestarse) que completan la valoración y mejoran el abordaje.

Por tanto, la ecografía de manera aislada no es diagnóstico de SOP, ha de valorarse el conjunto de síntomas y ver qué criterios de los descritos se cumplen.

Ovario poliquístico por ecografía

¿QUÉ OCURRE EN EL SOP?

A grandes rasgos y generalizando, en el SOP hay una resistencia a la insulina en un porcentaje elevado de las mujeres, con los consiguientes riesgos metabólicos y cardiovasculares que esto implica a largo plazo (mayor riesgo de desarrollar una diabetes, por ejemplo), una mayor elevación de la hormona LH, con el consiguiente estímulo en la producción de andrógenos (generando con frecuencia malestar psicológico y emocional, ya que la cuestión estética entra en juego cuando existe mucho acné y/o hirsutismo) y una anovulación (no ocurre la ovulación), con posible afectación de la fertilidad, ciclos largos o falta de regla y la consecuente falta de progesterona para preparar mejor el endometrio y equilibrar los efectos de los estrógenos (ocasionando un estado de hiperestrogenismo relativo, y un incremento del riesgo, si esto se mantiene, de cáncer de endometrio en el futuro).

¿CÓMO ABORDAR TODO ESTO?

Todo su origen multifactorial y en gran parte desconocido, hace que no exista un tratamiento curativo, y el abordaje va a ir dirigido (o debería) a mejorar ese estado metabólico, hormonal e inflamatorio de base para así, consecuentemente, mejorar los síntomas, el bienestar emocional, las preocupaciones estéticas, reproductivas y de salud.

Como no hay un SOP igual, y no hay una mujer igual que otra, el abordaje ha de ser SIEMPRE integral, individualizado y multidisciplinar. Y va a depender de las características, preocupaciones, prioridades y objetivos de la mujer, bien informada y asesorada.

Hay dos caminos (o muchos más) para tratar el SOP. Uno más corto y rápido, dirigido principalmente a mejorar los síntomas, y otro más largo, dirigido a mejorar la situación de base y a lograr cierto equilibrio en ese desbarajuste hormonal, quizás más lento, pero a largo plazo más eficaz. A veces estos caminos se dan la mano, no son excluyentes, ¡pero el largo no puede faltar!

Este abordaje largo no lo hace el anticonceptivo hormonal. La píldora o similar puede mejorar algunos de los síntomas, como el acné o el hirsutismo, está aportando protegiendo el endometrio en casos de anovulación, al aportar progesterona, pero no está abordando los síntomas desde la raíz. Por tanto, si no hacemos nada más, en cuanto dejemos de tomar la píldora todo esto puede volver a resurgir. Además, si no trabajamos otros aspectos del estilo de vida, este tratamiento hormonal podría empeorar otros síntomas, como la resistencia a la insulina o el perfil lipídico.

Así que no, el SOP no es un motivo para tomar la píldora toda la vida. Es verdad que puede ser beneficiosa e indicada para alguna mujer durante un tiempo, pero siempre entendiendo el contexto, lo que hace, lo que consigue, y qué otras opciones hay, teniendo en cuenta, como siempre en medicina, que la balanza riesgo/beneficio caiga a favor del beneficio. Por tanto, es una opción farmacológica en el abordaje a tener en cuenta, pero no indicada en todos los casos ni para siempre.

Como muchas otras patologías, con el trabajo personal en la propia salud desde el estilo de vida y hábitos saludables, guiado, cuando se necesite, por otros especialistas (nutricionistas, psicólogas, entrenadores, endocrinos, etc. ) para conseguir ese enfoque integral tan importante, se puede conseguir muchísimo.

Como siempre, la mujer tiene que estar bien informada y valora sus prioridades y objetivos en cuanto a su salud, siempre asesorada de la mejor manera por la especialista que la atiende.

Y PARA TERMINAR… UNA REFLEXIÓN ACERCA DEL SOP

Cada semana veo mujeres con diagnóstico o sospecha de síndrome de ovario poliquístico. La mayoría, buscando una alternativa al tratamiento hormonal habitualmente pautado como única opción posible. Muchas, habiendo investigado, a veces diagnosticándose y suplementando por su cuenta.

En redes se habla mucho de este tema, el SOP es una condición muy frecuente y que fue (y todavía lo es) muy mal tratada por la medicina en general y, por tanto, despierta interés e intentos de cambiar este abordaje desde varios frentes y especialistas. 

No sólo despierta interés, que eso es bueno  (quizás así se investigue más), sino que en muchas mujeres ese exceso de información general sin una correcta aplicación personal despierta inquietud, preocupación, ansiedad e incluso miedo. Algunas porque piensan que se llenarán de pelo. Otras mujeres piensan que no podrán quedarse embarazadas. Otras, que tendrán diabetes o un cáncer de endometrio. Otras, en su afán de tener una salud óptima, se marcan objetivos difícilmente alcanzables.  

El SOP no tiene una única forma de presentarse. Probablemente éste es el concepto más importante de todos y que hay que tener claro.

No todo lo que leamos es aplicable a nosotras, aunque lleven la misma etiqueta #SOP

Los riesgos y síntomas de cada mujer son distintos, e incluso cambian a lo largo de la vida, fuertemente influidos por el contexto. Por eso es tan necesario INDIVIDUALIZAR. Y esto ha de hacerse con profesionales especialistas en el tema, con la información aplicada en cada persona en concreto.  

Las repercusiones de tener SOP pueden ser prácticamente nulas o muy importantes, según el abordaje y seguimiento que hagamos de ello. 

No es lo mismo, por ejemplo, una mujer con SOP que tenga dos menstruaciones en un año que una con ciclos regulares (y ovulatorios) de 34 días. Quizás no tratemos de la misma manera si busca embarazo o si no. Tampoco si tiene acné que le está afectando en su autoestima y vida social o si solamente tiene algún grano de vez en cuando.

Muchas mujeres con SOP pueden controlar sus síntomas con el estilo de vida. Simplemente. Sin medicación hormonal. Sin suplementos. Lo que no es fácil a veces es mejorar ese estilo de vida. Pero se puede, con ayuda si es necesario, que nuevamente dependerá de lo que se tenga que trabajar (nutricionista, entrenador físico, psicólogo, dermatólogo, endocrino, etc.)

Otras mujeres, aunque mejoren el estilo de vida, necesitarán un apoyo de suplementación (individualizado).

Otras mujeres tendrán que ir un paso más allá, precisando medicación para mejorar una resistencia a la insulina, para controlar un acné y/o hirsutismo severo, para contrarrestar el hiperestrogenismo, etc. Y eso está bien, siempre que esté bien indicado y la mujer lo desee.

El SOP se controla, no se soluciona a día de hoy, pero sí puede permitir una vida completamente normal e incluso sana, según cómo acompañemos esta condición. 

Por tanto, es fundamental que en el SOP se individualice en función de los síntomas y lo que se desee y/o se necesite conseguir. No lo hagas sola ni te atiborres de datos e información, busca profesionales que te den confianza y la información que necesites según TUS propias circunstancias.

Creo sinceramente que es el mensaje más importante que puedo dar.  

Referencias:

  1. Polycystic ovary syndrome in adult women. Andrés E Ortiz -Flores et al. Med Clin (Barc) Jun. 2019.
  2. Polycystic ovary syndrome. Renate K Meier. Nurs Clin North Am 2018.
  3. CLINICAL PRACTICE. Polycystic Ovary Syndrome. Mccartney et al. N Engl J Med 2016.
  4. Polycystic Ovary Syndrome. Azziz, Ricardo. Obstetrics and Gynecology. 132.